lunes, 27 de febrero de 2012

"DIBUJAMADRID" - SEGUNDO PASEO - EL RETIRO

Sigo con mis paseos por Madrid: En este segundo intento si que me fue posible incorporarme al grupo, el sábado por la tarde en la conferencia impartida en el Museo ABC y después, el domingo, dibujando en la calle. Salimos desde Atocha, al principio de la cuesta de Claudio Moyano y aprovechando para mirar algún libro mientras la subíamos, nos dirigimos al Retiro, buscando motivos por el camino…Hay tantos en ese parque que uno no sabe donde mirar. Adjunto una foto del grupo de “viciosos del lápiz y el papel” y algo de lo que hice.

 
Que grandes artístas (menos uno)


    



- “No me gustan los patos” - fue la contestación que di a una paseante que se paró a mirar como dibujaba, en el lago del Palacio de Cristal, preguntándome, ama- blemente, en tres o cuatro ocasiones que porqué no representaba algún patito… Me arrepiento de mi grosería pues la verdad es que creo que sufrió una desilusión. La próxima vez que pase por el Retiro con material dibujaré patitos… Lo prometo.





jueves, 23 de febrero de 2012

¡QUE NO ME LO CREO!

Como me ha gustado siempre contar “batallitas” (incluso antes de ser abuelo) he pasado por situaciones muy curiosas; Desde descubrir que una persona de mi misma edad, parecida condición, habitante de la misma ciudad y de nivel cultural semejante, tenía unas vivencias que hacían creer que éramos de dos mundos distintos, hasta escuchar a las personas que me soportaban algo así como - ¡Eso no puede ser como lo cuentas, no me lo creo! –

Tiempo atrás he comenzado a escribir recuerdos de mi infancia correspondientes a mis ocho o nueve años y posteriores y aunque ya se que la memoria gasta bromas, a veces pesadas, creo que mi retentiva es bastante precisa. Algunas de estas historias son vivencias personales y otras de personas muy cercanas, digamos que “de primera mano”. Si algún día me da por reunirlas creo que las titularé… “1950, EL AÑO DEL ¡QUE NO…QUE NO ME LO CREO!”

El relato con el que comencé este blog y el que incluyo a continuación son algunos de estos recuerdos.


LA FUENTE DE EMBAJADORES

Hacia ya mas de una hora que, cargados con nuestros cubos, jarras o cántaras, esperábamos en la cola de la fuente de la calle de Embajadores esquina a la travesía de Cabestreros para poder llenarlos; Hoy era el tercer día en la semana que cortaban el agua en el barrio y ¡que remedio!...había que beber y cocinar,  así que a la fuente.

Mariano, Remigio y yo coincidimos allí lo que nos permitió librarnos del aburrimiento  charlando de nuestros más importantes asuntos, canicas, pídola, rescate, chapas, pelota (de papel de periódico liado con cuerdas, naturalmente) y otros intereses parecidos.

Remigio fue el primero en verlo…

 – Por ahí sube Ramón – Nos avisó.

El chaval, más o menos de nuestra edad, pasaba en ese momento junto a las piedras de Almacenes Santa Lucía, uno de nuestros lugares de juego, cargado con dos cubos vacíos. Caminaba de una forma extraña, como cansina y parecía abatido o preocupado o ambas cosas a la vez. Cuando llegó a nuestra altura estaba tan abstraído que pasó a nuestro lado como sin vernos, bueno ni a nosotros ni a ninguna de las veinte o veinticinco personas que esperaban su turno y que extrañados por el aspecto de Ramón no reaccionaron cuando, sin esperar su vez, fue directo a la fuente y llenó sus cubos; Al volver hacia su casa se dio de cara con nosotros y Remigio le espetó

- ¿Qué te pasa macho, estas lelo?... Te vas a ganar un capón si chuleas a todos –

Ramón se quedo parado, con los dos cubos de agua llenos colgando de sus brazos y sin levantar la vista del suelo, como excusándose,  dijo

- A mi padre le han “fusilao” esta madrugada –

Luego continuó su camino Embajadores abajo. Durante unos segundos el silencio fue el único dueño del grupo mientras nos mirábamos con dolorosa complicidad, después fue Remigio el que nos volvió a la realidad…

- Pero mañana ya no le dejamos colarse… ¿Vale?




La fuente de Embajadores


SIENTO QUE NO LO CREAIS PERO… ¡EN 1950 SE SEGUIA FUSILANDO!

miércoles, 22 de febrero de 2012

"DIBUJAMADRID" - PRIMER PASEO - EL RASTRO

He comenzado retrocediendo muuuuuuuy atrás, así que esta vez me quedo mas cerca, en el pasado 2011 año en el que me ocurrieron cosas muy importantes (entre ellas, me casé, pero de eso y del gobierno ya hablaremos otro día) y también por otras menos serias pero, para mi muy gratificantes, como la actividad gestionada por el MUSEO ABC y denominada DIBUJAMADRID a la que me adherí gustosamente. Como su nombre indica se trataba de escuchar charlas de grandes profesionales y salir, en su compañía, a dibujar por distintas zonas de Madrid

La primera salida, la hice por mi cuenta pues me enteré tarde, así que para ponerme al día me marché un martes al Rastro y a continuación os adjunto mi “producción”. Dos escenas de compradores, un perro sesteando y algunos aburridos vendedores. La mañana no dio para más. (Continuará)






Durante el recorrido recordé, como no, la canción de Patxi Andión “Uno, dos y tres” que creo recordar comenzaba así:

Esto es El Rastro, señores,
vengan y anímense
que aquí estamos nosotros
somos Papá Noel…

(Continuará)



martes, 21 de febrero de 2012

Y AL FINAL FUE EL BLOG...

Comenzar un blog es un poco arriesgado para los no muy constantes y creo que la primera labor es dotar este medio de expresión de un sentido. Como, por mi edad, lo que mas poseo son recuerdos, para situarme en mi tiempo y lugar, voy a incluir un relato de mi infancia que me ubica allá por los años cincuenta del pasado siglo en el Madrid de Embajadores...

LA “LIEBRE”

Estaba sentado en el talud, junto a las vías,  un poco antes de entrar en la estación de Las Peñuelas. Con cierta frecuencia pasaba por allí, unas veces a comprar un cubo de “bolas” de carbón, otras a ganar unos céntimos ayudando a descargarlo. Ese día mi madre, con los ojos llorosos seguramente por alguna noticia leída en la carta que tenía en las manos me había urgido.

- ¡Vamos Pablito, tu eres el mayor, así que arreando! – 

Pese al riesgo, acepté que mis diez años y mi agilidad y rapidez me hacían el mas apto para cargar con el necesario trabajo… Recordé los consejos de “el Boni”, mi primo mayor

- Ya sabes que los paletos, para no pagar el fielato cuando traen comida a Madrid, avisan a la familia para que esperen a la entrada del tren y les tiran por la ventanilla los chorizo, las patatas o lo que traigan, así cuando llegan a la estación no tienen que declarar ni que pagar nada… Tu fíjate y cuando tiren un paquete no muy grande, adelántate al que lo espera y corre como una liebre… sea lo que sea le vendrá bien a tu madre. -

El traqueteo del tren que llegaba me puso sobre aviso. A mi alrededor había gente esperando nerviosa, algunos para recoger los paquetes y seguro que otros, como yo, esperando una oportunidad. Pasó la maquina, el primer vagón, el segundo… Un bulto no muy grande y envuelto con algo rojo salió despedido por una de las ventanillas… De un salto me puse paralelo al tren, atenace fuertemente el paquete y corrí, corrí, corrí…

Llegué agotado hasta la calle de Embajadores donde continué caminando deprisa. Al pasar por delante da la Fábrica de Tabacos me pasé la mano por el verdugón que me había marcado la patada recibida en la parte trasera de la pierna, ya casi no me dolía, ni tampoco la bofetada que señalaba mi cara, solo una cosa me angustiaba, llegar a mi casa con las manos vacías.



Una "carrera" en la espación de "Las Peñuelas" de Madrid.