EL HEREJE
Le gustaba la
historia…
Desde niño le
había gustado; Ello le permitió realizar
sus estudios con más facilidad que a sus compañeros tanto en bachillerato como
en la carrera… maestro primero y catedrático, tras una dura oposición, después.
Hoy se sentía
particularmente contento, durante años había estudiado profundamente el tema
que en esta clase explicaba a sus alumnos universitarios, la Historia de las Religiones.
Sintió que su
verbo se hacia mas fluido cuando confesó, con una medida modestia, que desde lo
que el llamaba su “mayoría de razón”, a los quince o diez y seis años, su análisis
personal le había llevado a considerarse ateo. No creía en ningún dios y menos
en ninguna religión y por ello, al menos el así lo sentía, estaba en una situación
privilegiada para disertar sobre este tema de una forma ecléctica y exenta de
prejuicios.
No le supuso
ningún esfuerzo explicar a su atenta audiencia, los orígenes del fenómeno
religioso en el paleolítico; las ideas que movieron a los sacerdotes fenicios ,
cananeos e hititas; Los distintos dioses del Egipto faraónico y sus prácticas
funerarias; El zoroastrismo y el maniqueísmo iraníes; El sesgo naturalista de
las religiones escandinavas y celtas; Los planteamientos griegos que mantenían
un echo religioso sin libros sagrados ni sacerdotes; Los oráculos, la
astrología y la magia romanas; El budismo, el taoísmo y sus variantes hindúes;
Los ritos y deidades oceánicas; El cristianismo en sus múltiples variantes
ortodoxas o sectarias; El judaísmo rabínico y de la época del Segundo Templo…
Hizo una pausa y
continuó explicando como en las lecturas de los llamados libros santos de las
religiones, Biblia, Talmud,
Vedas, Torah, Corán, se encontraba la norma y el consuelo
para los creyentes y también, con esto entró directamente en la conclusión de
su razonamiento, el retrato de unos dioses o profetas, Cristo, Alá, Shiva, Amón
Rá… intransigentes con todo aquel que no los admitiera como únicos y por lucha de dogmas o por ambición de poder
de sus creyentes e instituciones, generadores de terribles guerras, desastres y
maldades, con su secuela de torturas espantosas y muertes sin fin.
Siempre que
impartía este tema solía concluirlo con la misma frase – Respeto a los
creyentes de todas y cada una de las religiones y credos existentes, pero
ningún Dios, ni uno solo de los dogmas que en sus nombres se aplican,
justifican la muerte del mas miserable de los seres vivos –
Los segundos de
silencio y los contenidos murmullos que siguieron a estos, le confirmaron que esta,
como otras tantas veces, había sorprendido a sus alumnos – La clase ha
terminado – dijo.
Mientras recogía
sus apuntes pensaba – Cuando llegue a casa voy a intentar profundizar mas en
esto de las religiones.
No se
acostumbraba a que le llamaran a las tres de la madrugada. Se vistió y acudió a
la dirección que le habían facilitado en la comisaría. La casa parecía una mas
de las del barrio de clase media alta donde estaba ubicada, tal vez más
descuidada que otras vecinas. Apartó la cinta que protegía la puerta y entró
hasta donde se encontraban sus hombres haciendo el trabajo que les correspondía.
Ante la masa informe tendida en el suelo preguntó - ¿Quién es?...- El de la
científica le contesto – Quien era mas bien, inspector, debe de llevar muerto
como unas tres horas- El inspector se
dirigió a uno de sus subordinados directos inquiriendo - ¡Venga Gómez!...
dígame lo que hay hasta ahora- Con un
extraño gesto el sargento Gómez le contestó – Nos llamó hace un rato una
patrulla que vio la puerta de la casa abierta. Es muy raro, señor, muy raro; Se
llamaba Pablo Boneta y hasta esta misma mañana ha estado dando clases de
historia en la universidad. Debió de llegar como a las cinco de la tarde, una
vecina dice que en el barrio le consideraban una buena persona y que le vio
regar las plantas como a las nueve… después de eso nadie observó nada anómalo,
pero algún ruido, algún grito, si se tuvo que oír… por fuerza. Le han torturado
de una forma salvaje y sádica a la vez, no hay un centímetro de piel que no
haya sido lacerado de una forma bestial, incluso parece que tiene herida sobre
herida. Hemos encontrado muchas huellas de pisadas en la entrada, tal vez de
quince o veinte personas y lo más asombroso, más bien lo más amenazante, son
las pintadas que hay por toda la casa, venga Inspector, ¿Ve…? – El recorrido
por las distintas habitaciones de fue un paseo por la mansión de los horrores;
En el dormitorio, se observaban manchas de sangre sobe las sábanas y un rastro
en el suelo como si alguien hubiera arrastrado un cuerpo, sobre el espejo de la
cómoda unas frases de grafía árabe, escritas con sangre, e ininteligibles para
él. Las marcas continuaban hasta un pequeño cuarto de estar, sembrado de
pasquines con contenido neo-nazi, en el que observaban algunos dedos y una
oreja violentamente cortados y esparcidos por el suelo y por último el salón
donde se encontraban los restos, tenía las paredes plagadas de pintadas con
frases bíblicas y comentarios de corte
paleocristiano.
El inspector,
vivamente impresionado pese a su larga experiencia, comentó - Que barbarie. Es
increíble… Una persona reputada de buena
e inteligente…Parece, parece como si todo el universo hubiese querido acabar
con él. Me temo que este caso va a ser laborioso…
Ilustración infográfica para "El hereje" |
¿Hay algo peor que un dogmático descerebrado? Mira que con lo fácil que parece seguir tu camino sin meterte con nadie... Un beso, Pablo.
ResponderEliminarSi que es tétrico y lamentablemente real.A lo largo de la historia ha sucedido y siempre, en nombre de alguno de esos dioses que has mencionado, besos
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