viernes, 29 de junio de 2012

DIBUJAMADRID EN RUTA – CHINCHON 2 (FINAL)


¡Se me había olvidado Chinchón!... y es difícil por lo bonito y personal que es este pueblo. En esta segunda visita, domingo por la mañana, recorrimos el pueblo y subimos a su castillo. Recordé una ocasión, hace cuarenta y tantos años en que asistí a una boda que se celebró allí, lo noté cambiado y hasta abandonado, pero impresionante como siempre.


Pablo García - Chinchon desde la subida al castillo - bolígrafo y acuarela


Chinchón durante muchos años ha vivido del vino, el vinagre y particularmente, el aguardiente (el seco es como beber fuego, mas fuerte incluso que el oruxo gallego), también ha producido, y lo sigue haciendo, ajos de una gran fama, pero realmente en la actualidad, es el turismo su primera actividad…

Pablo García - El motorista y la iglesia - Bolígrafo, lápiz y acuarela.


Uno de los primeros condes de Chinchón, fue nombrado en 1629  Virrey del Perú y su segunda esposa, que lo acompañaba, cayó enferma. Por consejo de un indio  la curaron con destilados de una corteza machacada del árbol llamado “Quina” (Que hoy se vende en botellas como sabroso licor reconstituyente). La condesa sanó y se convirtió en propagandista y exportadora de la Quina enviándola a toda Europa a través de los jesuitas. A este remedio le llamaron, durante muchos años “polvos de la condesa” (¿) y genéricamente a la quina se le llama “chinchona”.

Pablo García - Castillo de Chinchón - Lápiz


La “Sociedad de Cosecheros”, creada en 1853, también llamada "La mojona" y a la que pertenecían cuantos fabricaban aguardiente y vino fue nombrada por la Reina regente María Cristina, “Proveedora de la Real Casa” o sea, que a la Reina le ponía el “Chinchón”…


Pablo García - Arbol, camino del Castillo y comercio junto a la plaza - lápiz y acuarela


Ha sido, como casi siempre, un experiencia positiva y muy agradable… Ya agregaré la de El Escorial que fue la siguiente.


Encontramos un buen sitio para sentarnos a dibujar el castillo.

martes, 26 de junio de 2012

MUJERES DE CARNE Y VERSO

DULCE MARÍA LOYNAZ

He leído, hace un momento, una entrada de "La vieja encina" con un poema de Dulce María Loynaz maravilloso y he recordado que hace unos años, entre mis entretenimientos, figuraba el de realizar algún programa de radio, para emisoras municipales. Una de las series, de las que solo se produjeron dos o tres entregas (Cosas de la política) fue "Mujeres de carne y verso" y en ella hicimos una semblanza de esta poetisa donde, por su belleza, incluimos el verso "Balada del amor tardío".

Está colgado en mi página web,, os adjunto el enlace por si os animáis a escucharlo.

http://www.lapizplumapapel.com/ARCHIVOS/RADIO/DULCE%20MARIA%20LOYNAZ.mp3


Pablo García - "Puente sobre el regato" - Acuarela.

jueves, 21 de junio de 2012

TALLER DE ILUSTRACIÓN – 6 (FINAL)


Tanto las publicaciones importantes como las poco importantes o las nada importantes, saben que una ilustración mejora la presentación y el atractivo de cualquier artículo así que llaman o pasan un correo con un texto para una página de un diario (Como los ejemplos, solo que completos) y al ilustrador le toca leer el artículo, encontrar la idea fuerza, crear un diseño impactante y enviar los originales al periódico o revista… en cuatro o cinco horas, con suerte, además de agradecer a sus dioses tener un trabajo.

Ha habido ilustradores increíbles, entre los antiguos Gustave Doré,  los algo antiguos Joseph Christian Leyendecker  … actualmente son magníficos   Beatriz Martín Vidal, Eulogia Merle o Enrique Flores, al que puedo llamar amigo y que con frecuencia trabaja para el diario “El País” (Este es su enlace http://www.4ojos.com ).

TEXTOS RESUMIDOS DE “EL PAÍS”

En el fuego del combate… La guerra española galvanizó la conciencia contemporánea…El mito de Guernica encubrió que la guerra en Euskadi fue también entre vascos…dejó huella indeleble como prueban las obras de Picasso, Orwell, Hemingway, Malraux o Azaña…”



 O la siguiente:

La recuperación de la política… La política no debe adaptarse a la economía sino esta a aquella…la volatilidad del voto esta aquí para quedarse… Proyectar el ideal de la sociedad decente… Quienes no se resignan a aceptar que la política siga en manos de los mercados…”



Estas son las ilustraciones que creé para los textos anteriores.

El último tipo de ilustración que hemos estudiado ha sido la puramente publicitaria, el anuncio o la promoción de algo y que mejor que hacerlo con el próximo taller al que seguro me apuntaré. Este es el cartel que se me ocurrió- 


jueves, 14 de junio de 2012

CON MUCHO CUENTO - CUARTA ENTREGA


Durante más de quince años he vivido en un pequeño pueblo de la sierra de Madrid en el que el 45% de la población era inmigrante. Casi 30 nacionalidades distintas, africanas, sudamericanas, centroeuropeas y otras, convivían en un censo de 1.200 habitantes. Puedo asegurar que las relaciones interpersonales eran aceptables, incluso buenas, sin embargo  bajo la superficie latía la desconfianza… el miedo al otro. Eso me impulsó a escribir “Puertas imposibles”…

PUERTAS IMPOSIBLES

La verdad...- decía Saturnina – la verdad es que no estoy muy convencida de que puedas hacer el trabajo, además,  ¿Cómo se que realmente eres albañil? – Petre la respondía tranquilizándola  – Señora yo hacía igual trabajo en mi país -

 Petre no decía toda la verdad, pero necesitaba ganar algún dinero con urgencia ya que la empresa de construcción en la que trabajaba desde unos meses atrás, de forma ilegal pues no tenía papeles, estaba sin obras por el momento y no le volverían a llamar hasta… no sabía cuando. Comer no le preocupaba demasiado, ya estaba acostumbrado a la escasez y a la penuria, pero aun no había pagado el alquiler de la pequeña casa en la que vivía con su mujer y su hijo y sabía que, como en el pueblo todo se comentaba y los propietarios de las casas no eran muchos, se podía encontrar sin la posibilidad de tener un lugar donde vivir y el deseaba quedarse. Ya había corrido demasiado.

...- No sé, no sé – Insistía Saturnina – espero que no me hagas una chapuza. Te advierto que no te daré ni un euro a cuenta y si no quedo contenta no te pago, así que ya sabes... ¿Te interesa?-

Petre se sintió humillado. ¿Cómo decirle a aquella mujer que aunque comenzó como peón de albañil en la empresa de su padre, trabajando duro y bien, había llegado a dirigirla y tenía un título universitario? ¿Cómo explicarla la terrible combinación de circunstancias dramáticas que le impulsaron a emigrar?... Pero los últimos tiempos le habían enseñado a controlar su orgullo – De acuerdo señora – aceptó – ya verá como queda contenta –

Mientras Saturnina le explicaba, con más detalle, el trabajo que debía hacer, Petre pensaba que iba a necesitar un ayudante, pero con el poco presupuesto que había convenido, no podría llamar a ninguno de sus compañeros habituales, algunos compatriotas que, como él, llegaron al pueblo en busca de trabajo y paz. Por otro lado le asustaba tener que sacrificar sus últimos euros en la compra de materiales. Sin embargo intuía una solución.

Cuando Petre se marchó, Saturnina tomó el velo y el breviario y salió hacia la casa de su hermana, como todas las tardes acudirían al rosario en la parroquia. Mientras caminaba notaba sentimientos encontrados; por una parte estaba contenta por haberse decidido a realizar la obra planificada años atrás y también, por dar trabajo a una persona que se notaba necesitada, estaba convencida que la obligación de un buen cristiano era echar una mano a quien se encontrara en apuros. Con su hermana y algunas amigas hablaban frecuentemente de la gran cantidad de emigrantes llegados al pueblo y ella, en contra de la opinión de casi toda las demás, defendía la evidencia de que si corrían los riesgos de venir de países tan lejanos no debía de ser por capricho y recordaba también que, en tiempos no muy lejanos, algunos vecinos del pueblo se habían visto obligados a marchar a la ciudad o al extranjero para poder sobrevivir, además, insistía – Al fin y al cabo resuelven muchos trabajos y a muy buen precio, ¡ni comparación con lo que cobra cualquiera de los de aquí! -  De todas formas, sabía que su hermana la iba a echar una buena filípica, pues ella desconfiaba de toda persona que no fuera del pueblo y particularmente, de cualquier emigrante.

Apenas hacía un mes que Hakim había llegado al pueblo, aún tenía frescos los recuerdos del terrible viaje, las dudas y los miedos de su familia, la decisión, la búsqueda de medios y contactos, los viajes en camión, la patera, la llegada a tierra, la huida... Gracias a unos  compatriotas que le encontraron, casi exhausto, pudo llegar al pueblo. Estaba contento y agradecido a Alá por haberle llevado hasta allí; encontró alojamiento con relativa facilidad y hasta había en el pueblo una pequeña mezquita donde recibir enseñanzas y cumplir con sus ritos.  Su único problema era que el poco dinero que pudo conseguir para el viaje se estaba terminando y las palabras que había conseguido aprender para entender y hacerse comprender por la gente del pueblo aún no eran suficientes.

Pero en aquel instante Hakim (Su nombre significaba sabio) se sintió asombrado de su suerte;  acababa de recibir una propuesta de trabajo que podría resolver su problema pero se sentía algo inquieto, pues  la oferta no había llegado de ninguno de sus compatriotas o de gentes del pueblo sino de otro emigrante del grupo de los que llamaban “eslavos”. El hombre tenía  un aspecto extraño y además, le había visto varias veces bebiendo en los bares a los que también entraban sus mujeres, lo que chocaba con sus costumbres. Por otro lado, el amigo en cuya casa vivía le había advertido – Si trabajas para los del pueblo te explotarán, ya sabes como son, pero si lo haces para otro emigrante, tanto de nuestra raza como de cualquier otra, te explotarán mas y puede que ni siquiera cobres tu salario – 

Sin embargo su situación era desesperada, necesitaba algo de dinero rápidamente y este trabajo le permitiría aguantar algún tiempo hasta conseguir dominar mejor su nuevo idioma, por ello tomó la decisión de aceptar la oferta – Yo trabajar contigo – Petre escuchó estas palabras de Hakim con alegría por haber encontrado un ayudante que aceptaba un salario que al él le parecía mísero y con la duda de si ese extraño africano, con el que apenas se entendía en un idioma que ninguno de los dos dominaba, conocería su trabajo – Mañana a las ocho aquí –  La cita quedó convenida.

Pablo García Fernández - Ilustración infográfica para "Puertas imposibles".


Saturnina no había podido dormir en toda la noche. Su hermana y sus amigas la explicaron la tarde anterior, pormenorizadamente, los riesgos que corría al darle la obra a “ese-extranjero-desconocido-de-tan-mala-pinta-que-cualquiera-sabe”. Saturnina seguía pensando que todo el mundo tiene derecho a trabajar y además Petre le había parecido un hombre educado y amable pero, ante la inclemente presión, se había comprometido a no dar el trabajo a “semejante individuo”. Al fin y al cabo su hermana era la mayor y siempre la aconsejaba bien. Su problema ahora era como explicárselo a Petre cuando llegara, que debía de ser muy pronto, eran las nueve menos cuarto y habían quedado a las nueve - ¡Toc, toc! – La llamada a la puerta la sacó de sus pensamientos – Ya están aquí... – musitó mientras se notaba algo aturdida e insegura.

Durante años, Saturnina había oído decir a su difunto marido - ¡Antes una vez colorado que cien amarillo! – Así que abrió la puerta de la calle, se planto delante de Petre y sin observar, en su azoramiento, que este no llevaba ninguna herramienta le espetó, casi violentamente - ¡Hombre!... siento que  hayas venido, te iba a llamar para decirte que este año no voy a poder hacer la obra, así que ya lo sabes, el verano que viene hablaremos –  Y poco menos, le dio con la puerta en las narices.

La rapidez con que cerró no le permitió ver una extraña expresión en el rostro de Petre, un gesto de decepción y alivio por partes iguales. Claro que para entender la  mueca Petre debería de haberla explicado que había pasado gran parte de la noche en vela y que su decisión final fue no hacer el trabajo, ante la posibilidad de no cobrarlo (Saturnina le había advertido y no seria la primera persona que escudándose en su ilegalidad le hubiese regateado su dinero) y ante el riesgo de malgastar sus escasos fondos.

También debería haberla dicho que la noche anterior Hakim le había buscado para decirle, con sus medias palabras, que no podía ayudarle por estar ocupado en otros asuntos aunque, fácilmente, se le notaba el esfuerzo de la educada mentira.

martes, 12 de junio de 2012

TALLER DE ILUSTRACIÓN – 5


La moda… ¡ah!, la moda… Aunque los grandes creadores solían dibujarse sus propios diseños – Christian Dior era un magnífico dibujante -  las revistas especializadas, (París Moda, Moda clásica, El hogar y la moda del siglo pasado o Vogue, Bazar o Marie Claire actuales) siempre han preferido los ilustradores profesionales. Entre los actuales Joe Eula, Laura Laine o Masaki Mizuno son, desde mi criterio excepcionales, pero los años tienen lo que tienen y yo sigo admirando al español Carlos Sáenz de Tejada que llenó las páginas de las revistas españolas (Blanco y Negro entre otras) de los años 40 de unos maravillosos dibujos…


Dibujo de Sáenz de Tejada.

¿A que era increíble?... Mi hermana, modista de toda la vida, para la que hice algunos diseños me decía que” como dibujos no estaban mal pero que como vestidos no había como coserlos…” Supongo que sigo igual,  pero como soy un osado lo he intentado de nuevo.


Pablo García - Ilustración Moda - Lápiz y acuarela con montaje infográfico.


Los dibujos animados (cartoons) han sido y siguen siendo uno de los divertimentos más apreciados por niños y mayores.  Al principio El Ratón Mickey, El gato Felix o los Tiny Toons y ahora cosas tan sofisticadas como Up, Ratatouille o el mismo Avatar han proporcionado diversión y cultura. Entre mis “profes” de dibujo se encontraba el Sr. Hernanz (no recuerdo su nombre) que durante años había trabajado para la factoría Disney allá por los años cincuenta del pasado sigl, de el aprendí mucho de perspectiva y muy poco de su especialidad.




Para conseguir el efecto de movimiento se necesitan 24 imágenes cada segundo. Esta pequeña – y muy mala – muestra ha requerido 164 dibujos distintos… Una película como Blancanieves o Bambi de dos horas de duración, ¡eso si que es un trabajo de “chinos”!  

jueves, 7 de junio de 2012

TALLER DE ILUSTRACIÓN – 4


 Dos de s tipos de ilustración mas importantes han sido - son - la ilustración científica, que está siendo sustituida por la fotografía y el cómic que sigue y estoy seguro, seguirá, cada vez con mas fuerza.

  La ilustración científica tiene ejemplos maravillosos en las máquinas de Leonardo, en las estampas de Otto Wilhelm Thomé o en los trabajos de Fray José Celestino Mutis que en sus expediciones – allá por 1783 – por el llamado Nuevo Reino de Granada (las actuales Colombia, Ecuador, Panamá, Venezuela y norte de Perú y Brasil – casi nada -) catalogó y documentó cientos de especies botánicas e incluso creó una escuela de dibujo donde trabajaron numerosos “oficiales de pluma”… Tenemos la suerte de que hoy podemos resolverlo con la fotografía y el ordenador, que si no…


Pablo García - Ilustración científica - Bolígrafo, acuarela y montaje infográfico.


“Asterix, “Mortadelo y Filemón”, “Mafalda”, “Paracuellos”,  “Zipi y Zape”, “Carpanta”, “El Guerrero del antifaz”…Títulos y colecciones. Uderzo, Ibañez, Quino, Carlos Gimenez, Gago, Escobar… Guionistas y dibujantes de cómic; Arte que sigue vivo con historias antiguas o  adaptándose a la estética de los tiempos…


Pablo García - Cómic - Ilustración infográfica con Corel Draw 12

Pablo García - Cómic - Dibujo a pluma con tinta china

 
Me perdonareis el sesgo un poco sádico de mi humor.

martes, 5 de junio de 2012

DIBUJAMADRID EN RUTA – CHINCHON 1


El Museo ABC – al que os sugiero os acerquéis en estos días si vivís cerca de Madrid, pues tienen una exposición sobre Mingote entrañable – El museo, repito, ya ha comenzado una nueva actividad para “pintamonas” callejeros. Esta vez se trata de salir por pueblos de la Comunidad de Madrid a pintar, con una serie de actividades paralelas – conferencias, comilonas, espectáculos, etc. – Todo muy divertido y bien organizado.

La primera salida ha sido a Cinchón, a 40 Km. De Madrid, los habitantes de esta villa y corte seguro que lo conocen, para los que no, deciros que es un pueblo muy interesante arquitectónicamente, con una plaza preciosa y con mucha historia en sus calles y monumentos.

La mañana del sábado 21 de abril, después de una charla de presentación en la Casa de la Cultura comenzamos a dibujar por las calles... Como el papel del cuaderno que nos dieron no era muy adecuado para acuarela me decidí a resolver los dibujos con lápiz o bolígrafo y algún golpe de color. En un pequeño block para acuarela que siempre llevo conmigo es donde hice un par de trabajos y los pegué sobre el cuaderno como un collage…

Uno de los arcos de salida de la plaza - Lápiz y detalles color en acuarela
  
Mientras reponíamos fuerzas - Lápiz
  
Izquierda: Acuarela de la plaza - Derecha: Palacio junto a Parador de Turismo.


En Chinchón vivía un hermano de Francisco de Goya que seguro contó al pintor una terrible historia de diciembre de 1808 – la muerte a manos de los guerrilleros españoles de cuatro soldados franceses y la masacre con la que las tropas francesas se vengaron de este acto – Goya en su grabado número 39 de “Los desastres de la guerra” en cuyo dorso hay una nota que indica “el de Chinchón” reflejó una bárbara ejecución… El grabado es tremendo pero ¿A que se agradece ver al final un buen dibujo?...

Francisco de Goya - Los desastres de la guerra - Grabado número 39 "El de Chinchón"

sábado, 2 de junio de 2012

TALLER DE ILUSTRACIÓN – 3

Otra de las disciplinas de la labor de ilustrar es poner imagen a cuentos o a relatos. Cristina Minguillón, mi "profe" es también una estupenda narradora y nos facilitó el texto de un cuento, triste y delicado, escrito por ella. Después de leerlo se me planteó el elegir alguno de los momentos señalados del cuento para reflejarlo en la ilustración. Parecía fácil volcarse en la parte dramática pero...¡que queréis!, me incliné por la dulzura. A continuación el cuento de Cristina y mi interpretación.

GATA

Las mañanas de domingo eran lo mejor de la semana para Marcela. Y si hacía sol ya ean el colmo de la felicidad. Se dejaba dormir hasta que la gata se despertaba, removiéndose en el hueco de su vientre que le servia de cuna todas las noches. Juntas cada mañana, y las de domingo con mas parsimonia, iniciaban un ritual casi sagrado.

Se estiraban, bostezaban y rascándose se dirigían al baño. Marcela extendía allí la alfombrilla de felpa delante del calefactor donde, inmediatamente, se tumbaba la gata, ambas comenzaban sus aseos y se miraban de vez en cuando guiñando los ojos.

Después de la ducha, Marcela sabía que tenía que dejar abierta la mampara para que la gata saltara a beberse la espuma de jabón.

Las mañanas de domingo, desayunaban en la mesa de la cocina, al sol, mirando los tejados de la ciudad.

Marcela se preparaba un te con un chorrito de leche y esperaba a que la gata subiera de un salto a la encimera y le pidiera con la mirada su ración. Entonces vertía unas gotas de leche sobre la encimera, lo que la gata agradecía con una suave caída de párpados. Lamía la leche y se relamía feliz de que todo funcionara a la perfección, sin sorpresas, sin cambios.

Con su taza entre las manos y su kiwi cortado en un plato, Marcela encendía la radio, preparada para la cita diaria. Él nunca fallaba. Su voz llenaba el espacio de una casa muda en la que Marcela y su gata se acurrucaban junto al altavoz de la-radio como si de allí saliera calor. A Marcela ese locutor la ayudaba a entender el mundo. Gracias a él iba perdiendo el miedo a todo lo de fuera. Su voz cálida y cercana le daba confianza, le hacía pensar y reir. Él la recomendaba los libros que ella leía, las exposiciones que veía, las obras de teatro a las que asistía ...

Una mañana de domingo la gata tardó en despertar. Había estado toda la noche inquieta y gimiendo. Como si tuviera un mal sueño. O una mala digestión. Marcela le animó cariñosa a despertar, le llevó en brazos al baño, le enseñó la mampara abierta... pero la gata se tumbó lánguida en la alfombrilla.

Marcela empezó a preocuparse cuando le vio tambalearse al ir hacia la cocina. Y cuando no pudo subir de un salto a la encimera. Ni siquiera olió el charquito de leche. Después descubrió la gran mancha de sangre en la arena.

La siguiente mañana de domingo, Marcela desayunó sola. No encendió la radio. No quería consuelo. Miraba ausente los tejados con la taza de te entre las manos, mientras sentía una gran opresión en el pecho y la fuerza del llanto contenido entre los ojos.

Vertió unas gotas de leche sobre la encimera y lamió el charquito blanco ronroneando con los ojos cerrados.

© Cristina Minguillón 2008


Pablo García Fernández - Ilustración para "La gata" - Lápiz color