sábado, 2 de junio de 2012

TALLER DE ILUSTRACIÓN – 3

Otra de las disciplinas de la labor de ilustrar es poner imagen a cuentos o a relatos. Cristina Minguillón, mi "profe" es también una estupenda narradora y nos facilitó el texto de un cuento, triste y delicado, escrito por ella. Después de leerlo se me planteó el elegir alguno de los momentos señalados del cuento para reflejarlo en la ilustración. Parecía fácil volcarse en la parte dramática pero...¡que queréis!, me incliné por la dulzura. A continuación el cuento de Cristina y mi interpretación.

GATA

Las mañanas de domingo eran lo mejor de la semana para Marcela. Y si hacía sol ya ean el colmo de la felicidad. Se dejaba dormir hasta que la gata se despertaba, removiéndose en el hueco de su vientre que le servia de cuna todas las noches. Juntas cada mañana, y las de domingo con mas parsimonia, iniciaban un ritual casi sagrado.

Se estiraban, bostezaban y rascándose se dirigían al baño. Marcela extendía allí la alfombrilla de felpa delante del calefactor donde, inmediatamente, se tumbaba la gata, ambas comenzaban sus aseos y se miraban de vez en cuando guiñando los ojos.

Después de la ducha, Marcela sabía que tenía que dejar abierta la mampara para que la gata saltara a beberse la espuma de jabón.

Las mañanas de domingo, desayunaban en la mesa de la cocina, al sol, mirando los tejados de la ciudad.

Marcela se preparaba un te con un chorrito de leche y esperaba a que la gata subiera de un salto a la encimera y le pidiera con la mirada su ración. Entonces vertía unas gotas de leche sobre la encimera, lo que la gata agradecía con una suave caída de párpados. Lamía la leche y se relamía feliz de que todo funcionara a la perfección, sin sorpresas, sin cambios.

Con su taza entre las manos y su kiwi cortado en un plato, Marcela encendía la radio, preparada para la cita diaria. Él nunca fallaba. Su voz llenaba el espacio de una casa muda en la que Marcela y su gata se acurrucaban junto al altavoz de la-radio como si de allí saliera calor. A Marcela ese locutor la ayudaba a entender el mundo. Gracias a él iba perdiendo el miedo a todo lo de fuera. Su voz cálida y cercana le daba confianza, le hacía pensar y reir. Él la recomendaba los libros que ella leía, las exposiciones que veía, las obras de teatro a las que asistía ...

Una mañana de domingo la gata tardó en despertar. Había estado toda la noche inquieta y gimiendo. Como si tuviera un mal sueño. O una mala digestión. Marcela le animó cariñosa a despertar, le llevó en brazos al baño, le enseñó la mampara abierta... pero la gata se tumbó lánguida en la alfombrilla.

Marcela empezó a preocuparse cuando le vio tambalearse al ir hacia la cocina. Y cuando no pudo subir de un salto a la encimera. Ni siquiera olió el charquito de leche. Después descubrió la gran mancha de sangre en la arena.

La siguiente mañana de domingo, Marcela desayunó sola. No encendió la radio. No quería consuelo. Miraba ausente los tejados con la taza de te entre las manos, mientras sentía una gran opresión en el pecho y la fuerza del llanto contenido entre los ojos.

Vertió unas gotas de leche sobre la encimera y lamió el charquito blanco ronroneando con los ojos cerrados.

© Cristina Minguillón 2008


Pablo García Fernández - Ilustración para "La gata" - Lápiz color

7 comentarios:

  1. Maravillosa ilustración que pone un toque de simpatía en un cuento triste pero precioso y lleno de encanto.
    Un abrazo.

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  2. Me quedo con la interpretación que le das al cuento, Pablo. Es que prefiero evadirme de tristezas por esta noche. ¡Ay, esa caída de ojos verdes y esa lengüecita colorá! Un besito.

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  3. Pablo..." Taller de ilustraciòn."

    Muy bonito relato para el que le agradan tener los gatos dentro de su casa ,,,tan asi apegados a la dueña.
    Se sufre mucho luego su pèrdida...le ha de parecer verla en todos los rincones.
    Me encantan tus dibujos...le das alegrìa...y ademàs de escribir que lindo es saber dibujar .
    Sabes hace una hora atràs te habìa leìdo y se me ha cortado internet...y justo ahora me ha llegado tu saludito graciasss

    ¡¡¡ Precioso todo !!!

    un beso

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  4. que hermosa ilustracion pero el cuento poco como dice mi compañero (pedor) es triste.

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  5. Una ilustración preciosa, tiene que ser difícil concebir una imagen que cuadre con la imaginación de todo lector.
    Besos

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  6. Que tristeza! Pero igual me encanto conocer tu blog y leerte, Un placer, Si me lo permites me quiedo para ver que mas descubro, Muchas bendiciones y Adelante.

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  7. Gracias, Pablo, por el triste y precioso relato que nos traes. Y por tu ilustración. Un complemento perfecto.
    ¡Un abrazo!

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